Tras las terribles inundaciones de 1891, el ministerio de gobierno nombra comisario regio al Marqués de Aguilar de Campóo, Ventura García, para gestionar los fondos de suscripción nacional y levantar en 1892 los muros de contención que protegerán al pueblo de Albox. Son los muros que actualmente podemos ver.

Unos años más tarde, la reina regente María Cristina nombró a Manuel Eguilior y Llaguno diputado en la corte y después Ministro de Hacienda, de Salud Pública y de Bellas Artes. Tras las inundaciones de 1891 lo nombra Alto Comisionado sustituyendo al Comisario Regio para, entre otras cosas, gestionar ayudas y fondos estatales para traer el agua a varias plazas del pueblo para uso vecinal siendo la primera la fuente de mármol que hay en la plaza y que aún se conserva. La fuente fue inaugurada en mayo de 1903 con motivo de la bajada de la Virgen del Saliente.

Poco más tarde y en reconocimiento a la labor realizada, el ya rey Alfonso XIII le distinguió con el título de Conde de Albox. Manuel Eguilior construyó entonces, en Limpias (Cantabria), su pueblo natal, una mansión palaciega que en la actualidad es Parador de Turismo. En 1905 y para decorar la mansión, encargó al más laureado e importante pintor español del momento, Joaquín Sorolla y Bastida, un retrato de su esposa que actualmente se puede ver en el Museo Ibáñez de Olula del Río. En 1908 le encargó a Sorolla que le hiciera su retrato de medio cuerpo y tamaño sensiblemente inferior, este aún permanece en propiedad de sus descendientes.

La principal actividad económica de la zona en el siglo XIX era la marchantería y los arrieros que comunicaban con las provincias vecinas. Gracias a la localización estratégica del municipio y empleando su rambla como autopista natural.

En este espacio, alrededor de los muros, cada martes se realizaba un mercado, donde se comercializaba con productos procedentes de todos los puntos de la provincia. 

Dicho mercado alcanzó la posición de segunda feria de ganadería más importante de España.

Los albojenses, en estos eventos alquilaban sus cuadras a los visitantes, donde se les proporcionaba aseo y alimentos.

Y con este breve recorrido por la historia de Albox y algunas de sus edificaciones del siglo XIX damos por concluido el itinerario y deseamos que haya sido de vuestro agrado y os haya despertado la curiosidad de venir a pasear por las calles de nuestro pueblo y a degustar su rica gastronomía.