El edificio de la sacristía es el que da el nombre a esta calle. Se entra por la primera puerta que hay en la izquierda bajando la calle y se utiliza como salón parroquial. Destaca por tener una reja del año 1760 hecha completamente a mano y sin puntos de soldadura.

La casa actual del párroco es la última casa de la izquierda, fue construida en el año 1929 con su fachada blanca y sencilla, fue levantada sobre lo que era un antiguo cementerio que sería respetado a la iglesia en la desamortización de Mendizabal. En la última reforma de la casa del cura se añadió una nueva reja a la otra sacristía que comunica con esta casa, una reja idéntica a la anterior y que aporta luz natural por primera vez a esta dependencia eclesiástica.

Bajando la calle Sacristía llegamos a la Plaza de los Luceros. En medio de esta placeta existía una casa bordeada por un camino que bajaba hacia la calle Médico José Antonio García Ramos, anteriormente conocida como calle Andalucía. Esa casa fue mandada derribar por el médico de la zona, don Tomas García, bisabuelo de María del Saliente, vecina célebre y admirada profesional sanitaria en la comarca, con la intención de abrir la plaza para darle más valor a las viviendas señoriales del entorno. A la plaza se le conocía entonces como la placeta de don Tomás. Algunas casas de esta plaza conservan en su interior la misma estructura de cuando se hicieron en el siglo XIX con hermosos patios interiores.

¿Curioso verdad? Cómo mantienen estas viviendas a lo largo de los años. Pues atentos al siguiente relato. Os gustará conocer algunas historias sobre nuestro próximo destino, la calle Cruz, o como se le conocía durante muchos años, calle Hermanos Valles.